Los delfines se comunican principalmente mediante una serie de clics, silbidos y movimientos corporales. Se cree que estas vocalizaciones se utilizan para la ecolocalización, lo que les ayuda a navegar y encontrar presas, así como para comunicarse con otros delfines.
Los clics de los delfines son sonidos cortos y de alta frecuencia que se producen al cerrar rápidamente las mandíbulas. Estos clics se utilizan para la ecolocalización, ya que rebotan en los objetos y regresan al delfín, proporcionándole información sobre su entorno.
Los silbidos de los delfines son sonidos más largos y de menor frecuencia que se producen al expulsar aire a través de su espiráculo. Se cree que los silbatos se utilizan para la comunicación entre delfines, ya que pueden variar en tono, duración y patrón. Diferentes silbidos pueden representar diferentes significados, como peligro, comida o vínculo social.
Además de chasquidos y silbidos, los delfines también se comunican mediante movimientos corporales. Pueden golpear el agua con la cola, saltar fuera del agua o frotarse entre sí. Estos movimientos pueden transmitir información sobre su estado emocional, intenciones o estatus social.
El estudio de la comunicación de los delfines se conoce como delfinología y los científicos aprenden constantemente más sobre las complejas formas en que estos animales se comunican entre sí.