Es difícil determinar el número exacto de tucanes asesinados cada año, ya que no existen registros o estudios completos que rastreen estos datos. Sin embargo, se han hecho esfuerzos para estimar la escala y las causas de la mortalidad de los tucanes.
Un factor importante es la pérdida y degradación del hábitat, que puede provocar una disminución de la población y una mayor vulnerabilidad a la caza y otras amenazas. A medida que se produce la deforestación y los hábitats de los tucanes se reducen, es posible que se concentren en áreas más pequeñas y aisladas, lo que los convierte en objetivos más fáciles para los cazadores.
La caza es otra causa importante de mortalidad de los tucanes, particularmente en algunas regiones donde se les caza como alimento, plumas o como mascotas. Además, los tucanes pueden ser comercializados ilegalmente como animales exóticos, lo que provoca una mayor disminución de la población.
Algunas estimaciones sugieren que decenas de miles de tucanes pueden morir anualmente debido a una combinación de estos factores, pero estas cifras deben considerarse aproximadas y pueden variar según la región y la especie. Los esfuerzos de conservación son cruciales para abordar estas amenazas y garantizar la supervivencia de las poblaciones de tucanes.