La categoría de animal que siempre mantiene una temperatura corporal constante se conoce como animal "homeotérmico". Los animales homeotérmicos son capaces de regular su temperatura corporal dentro de un rango estrecho, independientemente de la temperatura del entorno. Esto les permite mantener un ambiente interno estable, que es esencial para muchos procesos fisiológicos. Los mamíferos y las aves son ejemplos de animales homeotérmicos. Estos animales tienen adaptaciones especializadas, como el aislamiento y la capacidad de generar calor metabólico, que les permiten mantener su temperatura corporal incluso en condiciones ambientales extremas.