Las mariquitas, científicamente conocidas como Coccinellidae, generalmente no se consideran venenosas para los humanos. No tienen glándulas de veneno ni secreciones venenosas. Sin embargo, algunas especies de mariquitas pueden tener una alta concentración de productos químicos defensivos llamados alcaloides en los fluidos corporales, lo que puede causar irritación o incomodidad de la piel suave si se maneja aproximadamente o triturarse. Estos alcaloides también pueden tener un sabor sucio, lo que desalienta a los depredadores de comerlos. El color y el número de puntos en las mariquitas no indican su toxicidad.