Sí, los sapos en Vermont pueden ser venenosos para los perros pequeños. Hay dos tipos de sapos que se encuentran en Vermont, el sapo americano y el sapo de Fowler. Ambos sapos tienen glándulas en la piel que pueden secretar una toxina llamada bufotoxina. La bufotoxina puede causar una variedad de síntomas en los perros, que incluyen vómitos, diarrea, babeo, convulsiones e incluso la muerte. La cantidad de bufotoxina que produce un sapo puede variar, por lo que incluso si un perro entra en contacto con un sapo que no parece ser tóxico, es importante buscar atención veterinaria de inmediato.