No se sabe que los setos de laurel sean un hábitat atractivo para las abejas. Las abejas prefieren construir sus hogares en lugares protegidos con acceso a abundante polen y néctar, como prados, huertos y bosques ricos en flores. Los setos de laurel no proporcionan las fuentes de alimento necesarias ni los sitios de anidación que necesitan las abejas, y el denso follaje puede dificultarles el vuelo.