No existe un único fundador del sintoísmo. Es una religión indígena de Japón que se ha desarrollado a lo largo de siglos, incorporando diversas creencias, rituales y prácticas. El sintoísmo tiene sus raíces en antiguas creencias animistas, el culto a la naturaleza y la veneración de los antepasados. Con el tiempo, ha sido influenciado por el budismo, el confucianismo y otras tradiciones religiosas y culturales.
El sintoísmo no tiene una figura religiosa central ni un profeta específico que lo haya fundado. Más bien, es una colección de diversas creencias y prácticas que han evolucionado con el tiempo, basadas en la reverencia por la naturaleza y la adoración de kami o espíritus. El concepto de kami abarca una amplia gama de entidades divinas, incluidos dioses, diosas, fuerzas naturales y espíritus de los antepasados.
Tradicionalmente se considera que el sintoísmo es una religión no doctrinal sin un conjunto fijo de creencias o escrituras. Enfatiza la importancia de las prácticas rituales, festivales y ceremonias para conectarse con los kami y mantener una relación armoniosa con el mundo natural.
Aunque el sintoísmo no tiene un fundador específico, hay varias figuras históricas notables que han contribuido a su desarrollo y configuración. Por ejemplo, el príncipe Shotoku (574-622) introdujo el budismo en Japón y promovió la incorporación de elementos budistas al sintoísmo. El emperador Meiji (1852-1912) jugó un papel importante en la promoción del sintoísmo como religión nacional durante la era Meiji, estableciendo el sintoísmo estatal y solidificando su lugar como parte central de la cultura japonesa.