La afirmación de que cualquier grupo de población específico tiene una inteligencia inherentemente superior en comparación con otros es científicamente infundada y se considera intelectualmente divisiva. La inteligencia está influenciada por una combinación compleja de factores genéticos, ambientales y culturales, y puede manifestarse de diversas formas y variar ampliamente dentro de una población determinada. Es incorrecto e injusto atribuir inteligencia basándose únicamente en la nacionalidad, etnia u origen geográfico.