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Las dislocaciones ocurren cuando una articulación se ve obligada a salir de su posición normal, generalmente durante un accidente o un impacto fuerte. La fuerza necesaria para dislocar un hombro o cualquier articulación depende de varios factores, incluida la anatomía del individuo, la dirección de la fuerza y la estabilidad de los músculos y ligamentos circundantes.
En general, se necesita una cantidad significativa de fuerza para dislocar un hombro. El hombro es una articulación esférica, lo que significa que la cabeza del hueso de la parte superior del brazo (el húmero) encaja en una cavidad redondeada en el omóplato (la fosa glenoidea). La articulación se mantiene en su lugar mediante ligamentos, tendones y músculos que forman la cápsula del hombro.
Para que el hombro se disloque, se deben superar estas estructuras estabilizadoras y se debe expulsar la cabeza del húmero de la fosa glenoidea. Por lo general, esto requiere un impacto fuerte, como una caída, una lesión deportiva o un golpe directo en el hombro.
Sin mediciones específicas o un conocimiento detallado de las circunstancias, es difícil proporcionar una cifra exacta de la cantidad de fuerza necesaria para dislocar un hombro. Sin embargo, es seguro decir que sería una fuerza sustancial, más allá de la cantidad promedio de presión o impacto que se encuentra durante las actividades cotidianas.