¿En qué se convirtieron los caballos de Cinderellas?

Los caballos de Cenicienta en realidad no se convirtieron en nada. Eran un regalo de su hada madrina, que le dio un entrenador mágico, un cochero, y cuatro caballos blancos para llevarla a la pelota.

La magia desapareció a la medianoche, convirtiendo al entrenador en una calabaza y los caballos de regreso a su forma original.