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No, el gato en Drag Me to Hell no es realmente asesinado.
Si bien la película es conocida por sus escenas gráficas y representaciones de violencia, el gato simplemente se usa como una herramienta para promover la historia y enfatizar la situación desesperada del personaje principal.
La presencia del gato sirve como una representación del creciente miedo y vulnerabilidad del personaje principal, ya que es atacada por la maldición. Las acciones del gato están destinadas a ser inquietantes e inquietantes, en lugar de violentas o dañinas.