1. Pérdida del hábitat: A medida que cambia el medio ambiente, el hábitat del animal ya no es adecuado para su supervivencia. Esto puede suceder debido a factores como la deforestación, el cambio climático o la urbanización. Sin un hábitat adecuado, la población animal disminuirá y eventualmente puede extinguirse.
2. Competencia con otras especies: A medida que cambia el medio ambiente, las nuevas especies pueden moverse al área que se adaptan mejor a las nuevas condiciones. Estas especies pueden competir con los animales nativos por recursos como alimentos y agua, lo que lleva a una disminución en la población nativa.
3. Enfermedad: Los cambios en el medio ambiente también pueden conducir a la propagación de nuevas enfermedades con las que los animales no son inmunes. Esto puede causar una rápida disminución en la población e incluso puede conducir a la extinción.
4. Endogamia: Si el tamaño de la población se vuelve demasiado pequeño, los animales pueden verse obligados a endogar, lo que puede provocar problemas genéticos y una disminución en la salud general de la población.
5. Extinción: Si la población animal no puede adaptarse a las condiciones cambiantes, eventualmente puede extinguirse. Esta es la consecuencia más severa de una especie animal que no puede adaptarse a los cambios en su hábitat.