Los orígenes exactos de la conducción de toro no están claros, pero se cree que se desarrolló a partir del deporte de la cebo de toros, que fue popular en Europa y México durante el período medieval. El cebo de toros implicaba atar un toro a una estaca y luego poner perros sobre él para atacarlo. Con el tiempo, esta práctica se convirtió en lo que ahora se conoce como Rodeo Bull Riding, en el que los jinetes intentan mantenerse al tanto de un toro de agitación el mayor tiempo posible. Bull Riding se introdujo por primera vez en los Estados Unidos a principios de 1800 y rápidamente se convirtió en un deporte popular en Rodeos y otros eventos occidentales.