Sí, los animales muertos pueden ser anfitriones de una variedad de bacterias. Cuando un animal muere, su cuerpo comienza a descomponerse y liberar fluidos y gases que pueden atraer bacterias. Algunas de las bacterias que se pueden encontrar en animales muertos incluyen E. coli, Salmonella, Clostridium perfringens y Staphylococcus aureus. Estas bacterias pueden representar un riesgo para la salud para los humanos y otros animales que entran en contacto con ellos. Es importante evitar el contacto con animales muertos y lavarse bien las manos si entra en contacto con ellos.