Los conejos domésticos son sensibles a los cambios de temperatura y pueden sufrir estrés por calor o frío si no se mantienen a la temperatura adecuada. La temperatura ideal para los conejos es entre 16°C y 22°C (60-72°F).
Las temperaturas inferiores a 12 °C (55 °F) son demasiado frías para los conejos y no deben exponerse a temperaturas bajo cero durante períodos prolongados. A temperaturas muy bajas, la pérdida de calor puede ser más significativa y los conejos pueden tener dificultades para mantener el calor corporal, lo que provoca hipotermia.
Las temperaturas superiores a 25 °C (77 °F) pueden provocar estrés por calor en los conejos. El golpe de calor puede ocurrir cuando el conejo no puede enfriarse lo suficientemente rápido, lo que provoca una variedad de síntomas que incluyen letargo, jadeos, orejas rojas y deshidratación.
A los conejos se les debe proporcionar un lugar fresco para descansar, como un área con sombra o una baldosa fresca, donde puedan escapar del calor. Cuando hace calor, también es importante proporcionar abundante agua fresca y evitar dejar a los conejos expuestos a la luz solar directa.
Si cree que su conejo sufre estrés por calor o frío, es importante buscar atención veterinaria de inmediato.