¿Pueden los conejos enfermarse tan fácilmente?

De hecho, los conejos son propensos a sufrir una variedad de problemas de salud y pueden enfermarse con relativa facilidad. Varios factores contribuyen a su susceptibilidad a las enfermedades:

Sistema digestivo delicado: Los conejos tienen un sistema digestivo sensible que puede verse alterado fácilmente por cambios en la dieta, el estrés o ciertos medicamentos. Condiciones como estasis gastrointestinal (estasis GI), hinchazón y diarrea son comunes en los conejos.

Problemas respiratorios: Los conejos son propensos a sufrir infecciones respiratorias, especialmente si se exponen a corrientes de aire, polvo u otros irritantes. Los estornudos, la secreción nasal o de los ojos y la dificultad para respirar son signos de problemas respiratorios.

Infecciones de oído: Los conejos también pueden desarrollar infecciones de oído, a menudo causadas por ácaros, bacterias o levaduras. Los síntomas incluyen inclinar la cabeza, rascarse el oído y secreción del oído.

Problemas dentales: Los dientes de los conejos crecen continuamente a lo largo de su vida y, si no se desgastan adecuadamente, pueden crecer demasiado y causar problemas dentales. Los problemas dentales pueden provocar dolor, dificultad para comer y abscesos.

Enfermedades virales: Los conejos pueden infectarse por varios virus, como la enfermedad hemorrágica del conejo (RHD), la mixomatosis y el calicivirus. Estas enfermedades virales pueden ser muy contagiosas e incluso mortales.

Estrés: El estrés es un factor importante en la salud de los conejos. Los cambios bruscos de entorno, la falta de cuidados adecuados o la ansiedad pueden provocar enfermedades relacionadas con el estrés, debilitando su sistema inmunológico y volviéndolos más susceptibles a enfermedades.

Raza y edad: Ciertas razas de conejos pueden ser más propensas a padecer condiciones de salud específicas, y los conejos más jóvenes o mayores pueden ser más vulnerables a las enfermedades.

Para mantener sanos a los conejos, es fundamental brindarles una nutrición adecuada, un ambiente limpio y libre de estrés y atención veterinaria regular. Prevenir enfermedades mediante vacunas, chequeos periódicos y prácticas ganaderas adecuadas es esencial para su bienestar.