falso.
La estimulación eléctrica de áreas específicas del cerebro del gato, particularmente la amígdala, puede provocar comportamientos defensivos como el miedo y la agresión, pero específicamente acombrado al ver un ratón no es una respuesta confiable o consistente. La reacción del gato a dicha estimulación puede variar según la región cerebral exacta estimulada, la intensidad de la estimulación y las diferencias individuales entre los gatos.