Si bien es subjetivo, muchas personas pueden encontrar ciertas características de los zorrillos, como su pequeño tamaño, apariencia esponjosa o comportamiento lúdico, ser entrañables o lindos. A pesar de su ternura, es importante recordar que los zorrillos son animales salvajes y no deben abordarse ni manejarse. Su mecanismo de defensa, donde rocían un líquido maloliente, puede ser desagradable e incluso peligroso si entra en los ojos o se ingiere. Es mejor observarlos desde la distancia y respetar su comportamiento natural.