Los camellos están bien adaptados a vivir en ambientes desérticos, pero no se encuentran exclusivamente en los desiertos. Hay varias especies de camellos, y habitan varios hábitats, incluidos desiertos, pastizales, estepas e incluso regiones alpinas.
Las dos especies principales de camellos son el camello dromedario (Camelus dromedarius) y el camello bactriano (Camelus bactrianus). El camello dromedario se encuentra comúnmente en el norte de África, el Medio Oriente y las partes de Asia. Tiene una sola joroba en la espalda y es adecuado para entornos aridos y calientes.
El camello bactriano, por otro lado, se origina en Asia Central y está adaptado a climas más fríos. Tiene dos jorobas en la espalda y se encuentra en regiones como Mongolia, China y Rusia.
Si bien los camellos a menudo se asocian con la vida del desierto, pueden sobrevivir en varios hábitats. Tienen varias adaptaciones que les permiten prosperar en entornos hostiles, incluida la capacidad de almacenar el agua de manera eficiente, conservar energía y tolerar temperaturas extremas.
Los camellos son animales versátiles y han sido domesticados durante miles de años. Se utilizan para la producción de transporte, leche, carne y lana. Su capacidad para sobrevivir en diferentes hábitats los ha convertido en activos valiosos para las sociedades humanas de todo el mundo.