Cuando usas tacones altos, el peso de tu cuerpo se desplaza hacia las puntas de tus pies. Esto ejerce mucha presión sobre los huesos metatarsianos, que son los huesos largos que van desde los dedos hasta la parte media del pie. Esta presión puede hacer que los ligamentos y tendones que sostienen los huesos metatarsianos se inflamen, provocando dolor e hinchazón.
Además, la posición antinatural del pie con tacones altos también puede provocar que los músculos y tendones de la pantorrilla se acorten, lo que también puede provocar dolor.
Por último, la falta de amortiguación de los tacones altos también puede contribuir al dolor de pies. Al caminar, tus pies absorben el impacto de cada paso. Este impacto puede verse exacerbado por la superficie dura e inflexible de los tacones altos, lo que puede aumentar aún más el dolor y la incomodidad.
Para reducir el riesgo de dolor y lesiones, es importante limitar la cantidad de tiempo que pasa usando tacones altos. También debes elegir tacones altos con una puntera ancha y una altura de tacón baja. Además, puede utilizar inserciones o cojines de gel para ayudar a absorber los golpes y reducir la presión sobre las puntas de los pies.