Los saltamontes no cavan agujeros para poner huevos. En cambio, los saltamontes hembra usan sus ovipositores, que son estructuras alargadas en la punta de sus abdomen, para insertar sus huevos en el suelo o los tallos de las plantas. El ovipositor actúa como una aguja, penetrando el suelo o el tejido vegetal y permitiendo que el saltamontes coloque los huevos a una profundidad adecuada para la incubación.
La forma y el tamaño del ovipositor pueden variar entre las diferentes especies de saltamontes, lo que les permite colocar huevos en varios sustratos, como el suelo arenoso, la tierra compactada, la hojarasca o los tallos huecos.
Una vez que se colocan los huevos, permanecen en el suelo o el material vegetal hasta que estén listos para eclosionar, y eventualmente se convierten en nuevos saltamontes. Durante su desarrollo, los huevos de saltamontes pueden exponerse a diferentes condiciones ambientales, lo que puede influir en su supervivencia y tasa de desarrollo.