Sí, mover la jaula de una perilla con frecuencia puede ser estresante y perjudicial para el pájaro. He aquí por qué:
Rutinas y zonas de confort:los periquitos prosperan en las rutinas y se sienten cómodos con su entorno. Los movimientos frecuentes de la jaula interrumpen estas rutinas y entornos familiares, lo que lleva al estrés y la ansiedad en el ave.
Adaptando a nuevas ubicaciones:cada vez que mueve la jaula, el periquito debe adaptarse a una nueva ubicación, que puede ser mental y emocionalmente exigente. Pueden sentirse desorientados e inciertos, impactando su bienestar general.
Respuesta de miedo aumentada:mover la jaula puede hacer que los periquitos sean más temerosos y nerviosos. Pueden percibir estos cambios frecuentes como peligros potenciales, lo que lleva a un aumento de los niveles de estrés.
Impacto en la salud y el comportamiento:el estrés crónico de los movimientos frecuentes de la jaula puede afectar negativamente la salud general, el sistema inmunitario y el comportamiento de la ave. Puede dar lugar a enfermedades relacionadas con el estrés, vocalización excesiva, estimulación y otros comportamientos anormales.
Para garantizar la comodidad y el bienestar de su periquito, es mejor elegir una ubicación adecuada para la jaula e intentar mantenerlo en ese lugar lo más posible. Los cambios repentinos y necesarios deben minimizarse para reducir el estrés innecesario en su amigo emplumado.