Si bien los murciélagos vampiros pueden desempeñar un papel en el ecosistema como depredadores y ayudar a controlar la población de su presa principal, el ganado, su contribución al medio ambiente es relativamente menor. Su impacto se limita a las regiones específicas que habitan y es posible que solo tengan efectos locales o regionales en el ecosistema. Además, su papel beneficioso en el control de las poblaciones de ganado se ve contrarrestado por los posibles impactos negativos que pueden tener en la agricultura y la transmisión de enfermedades.