Causas de extinción:
- Caza excesiva: El íbice pirenaico era cazado por su carne, sus cuernos y su piel. En el siglo XVIII, la población había disminuido significativamente debido a la caza excesiva.
- Pérdida de hábitat: El hábitat del Ibex también estaba siendo destruido por actividades humanas como la deforestación, la agricultura y la urbanización.
- Enfermedad: A principios del siglo XX, una enfermedad llamada sarna sarcóptica se extendió entre la población del Ibex, diezmando aún más su número.
- Estocasticidad demográfica: La población del Ibex era pequeña y aislada, lo que la hacía vulnerable a la estocasticidad demográfica o fluctuaciones aleatorias en el tamaño de la población. Esto significa que incluso un pequeño cambio ambiental u otro evento aleatorio podría tener un impacto significativo en la población.
El colmo:
La gota que colmó el vaso para el Ibex de los Pirineos fue una combinación de factores, incluida la caza excesiva, la pérdida de hábitat, las enfermedades y la estocasticidad demográfica. En la década de 1950, sólo quedaba un puñado del Ibex. El último individuo conocido, una mujer llamada Celia, murió en 2000.