Las ardillas no hibernan en el otoño, pero se preparan para el invierno. Las ardillas están activas durante todo el año, pero reducen su actividad en el invierno. Pasan la mayor parte de su tiempo en sus nidos o madrigueras, durmiendo y conservando energía. Las ardillas también almacenan comida para el invierno. Enterran las nueces, las semillas y otros alimentos en el suelo para que puedan comerlas cuando la comida es escasa. Las ardillas a menudo enterran su comida en múltiples lugares para que puedan encontrarla cuando la necesiten.