En sus hábitats naturales, las ardillas rojas (Tamiasciurus hudsonicus) y las ardillas grises (Sciurus carolinensis) muestran particiones de recursos en sus nichos ecológicos, coexistiendo en los mismos bosques pero utilizando recursos de manera distintiva. Si bien la comida representa un recurso crucial para el cual estas especies compiten, participan en una competencia de recursos más amplia que involucra varios otros recursos. Aquí hay recursos adicionales sobre los que pueden competir las ardillas rojas y grises:
Territorio: Se sabe que ambas especies son territoriales, defendiendo enérgicamente sus rangos de hogar de los conespecíficos. Compiten por espacios territoriales principales con una abundancia de recursos alimenticios y sitios de anidación adecuados.
Sitios de anidación: Las ardillas buscan cavidades adecuadas o construyen nidos para refugio, reproducción y cría a los jóvenes. La competencia surge cuando la disponibilidad de sitios de anidación adecuados es limitada, lo que los impulsa a competir por las cavidades de árboles existentes o lugares de anidación en estructuras hechas por humanos.
Mates: Durante las temporadas de reproducción, la competencia se intensifica a medida que ambas especies buscan activamente parejas. Los hombres pueden participar en disputas territoriales para atraer a hembras receptivas y defender sus derechos reproductivos.
Evitación de depredación: Mientras que las ardillas exhiben precaución para evadir a los depredadores, ciertos microhábitats ofrecen un mayor grado de protección contra los depredadores. En consecuencia, pueden competir por el acceso a estas zonas seguras, como árboles grandes, vegetación densa o cavidades naturales.
Reservas de alimentos almacenados: Las ardillas se involucran en el acaparamiento y el almacenamiento en caché, almacenando alimentos en varios lugares para el consumo futuro. Si ambas especies comparten el mismo hábitat, la competencia puede ocurrir sobre los alimentos almacenados en caché si los recursos se vuelven escasos o si una especie descubre y asalta las reservas de alimentos del otro.
Al participar en la competencia de recursos sobre estos diversos recursos, las ardillas rojas y grises exhiben adaptaciones conductuales y ecológicas para coexistir en el mismo entorno y al mismo tiempo cumplir con sus roles ecológicos y garantizar la supervivencia de sus respectivas poblaciones.