# >> Mascota información > >> Pet Fish >> peces de agua dulce
1. Sensibilidad a la contaminación: Debido a la convergencia de agua dulce y agua salada en los estuarios, estos ambientes son sensibles a contaminantes de diversas fuentes, incluidos efluentes industriales, aguas residuales municipales, escorrentías agrícolas y derrames de petróleo. La mezcla de agua con diferentes densidades crea condiciones químicas y físicas únicas que hacen que los contaminantes persistan y se acumulen en los sedimentos y tejidos de los organismos. Cualquier alteración en la calidad del agua puede dañar especies sensibles y alterar todo el ecosistema.
2. Alteración y pérdida de hábitat: Los estuarios sirven como hábitat vital para diversas especies marinas y terrestres durante diferentes etapas de la vida. Las actividades humanas como la recuperación de tierras, el dragado, la construcción de puertos y marinas y el desarrollo urbano han provocado una gran alteración y pérdida de hábitat. Además, los cambios en las entradas de agua dulce debido a represas y desvíos de agua pueden afectar significativamente el equilibrio ecológico de los estuarios.
3. Sobrepesca y explotación: Los estuarios sustentan abundantes poblaciones de peces debido a sus ricos recursos alimentarios y sirven como caldo de cultivo fundamental para muchas especies. Las prácticas pesqueras insostenibles y la sobreexplotación han provocado el agotamiento de las poblaciones de peces, poniendo en peligro el equilibrio ecológico y el valor económico de estas zonas.
4. Extracción de Recursos Naturales: Los estuarios suelen contener valiosos recursos naturales como arena, grava y petróleo. La extracción de estos recursos puede alterar directamente la estructura física del estuario, modificar los patrones de flujo de agua y provocar la degradación del hábitat.
5. Impactos del cambio climático: Los estuarios son muy vulnerables a los impactos del cambio climático, incluido el aumento del nivel del mar, la acidificación de los océanos, los cambios en los gradientes de salinidad y la alteración de los patrones de precipitación. Estos cambios pueden resultar en la pérdida de hábitat, la alteración de la distribución de las especies y la desestabilización general del ecosistema.
La fragilidad de los estuarios surge de la combinación de sus funciones ecológicas críticas, la sensibilidad a la contaminación y la alteración del hábitat, la vulnerabilidad de sus habitantes y los desafíos que plantea el cambio climático. Para proteger estos ecosistemas invaluables, las estrategias de gestión integral, los esfuerzos de conservación y las prácticas sostenibles son de suma importancia.