¿Por qué la carne y el pescado se mantienen frescos en latas?

La carne y el pescado enlatados se mantienen frescos gracias a un proceso llamado enlatado, que implica calentar los alimentos en un recipiente sellado a una temperatura lo suficientemente alta como para matar cualquier microorganismo, como bacterias, levaduras y mohos, que puedan causar el deterioro de los alimentos. El tratamiento térmico también ayuda a inactivar enzimas del alimento que pueden provocar deterioro y pérdida de calidad.

Una vez que la comida se calienta y sella, la ausencia de oxígeno dentro de la lata impide el crecimiento de bacterias aeróbicas, que son microorganismos que requieren oxígeno para prosperar. Los bajos niveles de oxígeno también ayudan a inhibir el crecimiento de otros tipos de microorganismos perjudiciales.

Además, la naturaleza hermética de la lata sellada evita la recontaminación de los alimentos después del procesamiento, lo que garantiza que permanezcan seguros y frescos durante un período de tiempo prolongado. El recipiente sellado también protege los alimentos de factores ambientales externos, como la luz y la humedad, que podrían afectar su calidad y seguridad.

El proceso de enlatado también ayuda a preservar el sabor y el valor nutricional de los alimentos al minimizar la exposición al oxígeno y otros elementos que pueden causar degradación. Como resultado, la carne y el pescado enlatados pueden conservar su contenido nutricional y su sabor durante más tiempo en comparación con sus homólogos frescos o sin envasar.

En general, la combinación de tratamiento térmico, sellado hermético y ausencia de oxígeno crea un entorno estable que preserva eficazmente la frescura y la calidad de la carne y el pescado enlatados, lo que permite un consumo seguro durante un período prolongado sin refrigeración.