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La regla general para la capitalización de los nombres de los animales es la siguiente:los nombres comunes de los animales no se capitalizan, mientras que los nombres propios de animales específicos lo son. Dicho esto, hay ciertos matices y excepciones a esta regla, por lo que es importante considerar el contexto en el que se usa el nombre del animal. Los nombres propios de ciertas especies animales (por ejemplo, pastor alemán) se capitalizan.
Ejemplos de nombres comunes no capitalizados:
• Un gato se sentó en el porche.
• El elefante jugaba en el agua.
• Vimos un mono balanceándose desde un árbol.
Ejemplos de nombres propios capitalizados:
• A mi perro, Sparky, le encanta jugar a buscar.
• Luna El gato es muy cariñoso.
• Fuimos al zoológico y vimos a Charlie, el chimpancé.
Recuerde, la clave es considerar el contexto específico y el papel del nombre del animal dentro de la oración para determinar si la capitalización es necesaria.