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Estar en una gran altura puede poner en peligro tu vida debido a varios factores:
1. Mal de altura :A medida que se asciende a mayores altitudes, el aire se vuelve más fino y la presión parcial de oxígeno disminuye. Esto puede provocar mal de altura, una variedad de síntomas que pueden incluir dolores de cabeza, náuseas, fatiga, dificultad para respirar y deterioro de la función mental. En casos graves, el mal de altura puede progresar a edema pulmonar de gran altitud (HAPE) o edema cerebral de gran altitud (HACE), los cuales pueden poner en peligro la vida.
2. Hipotermia :En elevaciones más altas, la temperatura suele ser más baja que al nivel del mar. Combinado con el factor de sensación térmica, esto puede aumentar el riesgo de hipotermia, una condición que ocurre cuando el cuerpo pierde calor más rápido de lo que puede producirlo. La hipotermia puede provocar varias complicaciones de salud, como escalofríos, confusión, somnolencia y pérdida del conocimiento.
3. Deshidratación :El aire a gran altura es más seco, lo que provoca una mayor pérdida de agua a través de la respiración. Esto puede provocar deshidratación, especialmente si no bebe suficientes líquidos. La deshidratación puede provocar diversos síntomas, como sed, dolores de cabeza, fatiga y deterioro de la función cognitiva.
4. Exposición al sol :La atmósfera a gran altura ofrece menos protección contra la radiación ultravioleta del sol. Esta mayor exposición puede provocar quemaduras solares, daños en la piel y un riesgo elevado de cáncer de piel.
5. Mayor riesgo de caídas :El terreno a gran altura puede ser desafiante, con pendientes pronunciadas, rocas sueltas y superficies resbaladizas. Esto puede aumentar el riesgo de caídas, lo que puede provocar lesiones graves, especialmente si no hay ayuda médica disponible.
6. Distensión cardiovascular :Los niveles más bajos de oxígeno en altitudes elevadas pueden ejercer presión sobre el corazón y los pulmones. Esto puede empeorar las afecciones cardíacas existentes y aumentar el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, particularmente en personas con problemas cardiovasculares preexistentes.
Por lo tanto, es importante tomar las precauciones necesarias al viajar a grandes alturas, como aclimatarse gradualmente a la altura, mantenerse hidratado, protegerse del sol, ser consciente de los riesgos del mal de altura y extremar las precauciones para evitar caídas.