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Los colibríes están altamente adaptados para resistir los desafíos de su entorno, incluidas las bajas temperaturas. Así es como los colibríes logran sobrevivir en diversas condiciones de temperatura:
1. Letargo:Los colibríes son conocidos por entrar en un estado de letargo durante la noche o cuando la comida escasea. Durante el letargo, conservan energía al reducir significativamente la temperatura corporal, disminuir la frecuencia cardíaca y el metabolismo y volverse inactivos. Esta estrategia les permite sobrevivir noches frías y períodos de disponibilidad limitada de alimentos.
2. Alta tasa metabólica:Los colibríes tienen una de las tasas metabólicas más altas entre las aves. Esto significa que necesitan consumir una gran cantidad de alimentos en relación con su tamaño corporal. Al reponer continuamente sus reservas de energía mediante alimentación frecuente, pueden generar suficiente calor corporal para mantenerse calientes.
3. Plumaje:Los colibríes tienen un plumaje intrincado que les proporciona aislamiento y protección contra las bajas temperaturas. Sus plumas son livianas, esponjosas y están dispuestas en capas, creando bolsas de aire que atrapan el aire caliente cerca de su cuerpo. Este aislamiento les ayuda a retener el calor y mantenerse abrigados.
4. Tamaño corporal pequeño:Los colibríes son pájaros pequeños con masas corporales pequeñas. Su tamaño relativamente pequeño les permite mantener el calor corporal de manera más eficaz que las aves más grandes. Su tamaño compacto requiere menos energía para mantener su temperatura corporal.
5. Migración:Algunas especies de colibríes emprenden migraciones de larga distancia durante los meses de invierno hacia climas más cálidos. Esto les permite evitar las condiciones frías más duras y encontrar fuentes de alimento más abundantes. Al trasladarse a regiones más cálidas, pueden asegurar su supervivencia durante los períodos más fríos.
6. Construcción de nidos:Los colibríes construyen nidos bien aislados utilizando diversos materiales vegetales, como fibras suaves, telarañas y plumón de plantas. Estos nidos brindan calor y protección a los huevos y a los polluelos recién nacidos, ayudándolos a sobrevivir noches frías y condiciones climáticas adversas.
Además, los colibríes pueden buscar refugios naturales, como grietas o vegetación densa, para protegerse de las bajas temperaturas y los vientos. Algunas especies también pueden utilizar fuentes termales u otros microhábitats cálidos para ayudar a regular su temperatura corporal durante los períodos más fríos.
Las notables adaptaciones de los colibríes les permiten soportar temperaturas frías y sobrevivir en sus respectivos entornos, incluso en condiciones climáticas desafiantes.