¿Por qué los humanos solían disparar a Hermas y garcetas?

En muchas partes del mundo, las garzas y las garcetas históricamente fueron cazadas por su carne y plumas.

La caza de garzas y garcetas tiene una larga historia, con registros que se remontan al antiguo período egipcio. En Egipto, las garzas fueron perseguidas principalmente por su carne y se consideraron un manjar, mientras que las garcetas eran apreciadas por sus hermosas plumas y a menudo se usaban en tocados elaborados. Del mismo modo, en muchas culturas nativas americanas, las garzas y las garcetas se cazaban tradicionalmente por sus plumas, que se usaban en atuendo ceremonial, ornamentación y comercio.

En los siglos XVIII y XIX, la demanda de plumas de garza y ​​garceta se disparó debido a las tendencias de moda predominantes en Europa y América del Norte. Las columnas de estas aves fueron muy buscadas para su uso en sombreros de mujeres y otros accesorios, lo que condujo a un aumento significativo en la presión de caza sobre las poblaciones de garza y ​​garceta. Desafortunadamente, esta demanda a menudo resultó en niveles insostenibles de caza, con algunas especies que enfrentan disminuciones de población e incluso extinciones locales.

Mientras la caza de plumas disminuyó a principios del siglo XX a medida que cambiaron las preferencias de moda, la práctica persistió en algunas regiones por una variedad de razones, incluido el control de plagas y la idea errónea de que las garzas y las garcetas compiten con los pescadores comerciales. En los últimos años, los esfuerzos de conservación, incluidas las protecciones legales y la conservación del hábitat, han ayudado a recuperar muchas poblaciones de Heron y Egret, pero estas aves continúan enfrentando desafíos de diversas amenazas, incluida la pérdida de hábitat y la contaminación.