¿De qué color ven los pájaros?

Las aves son conocidas por su agudo sentido de la visión y pueden ver una gama más amplia de colores en comparación con los humanos. Pueden percibir la luz ultravioleta (UV), longitudes de onda de luz que se encuentran justo más allá del espectro visible para los humanos, lo que les da a las aves una ventaja para encontrar comida, detectar depredadores y elegir pareja.

Aquí hay una descripción general de los colores que las aves pueden ver:

Visión tetracromática:muchas especies de aves tienen visión tetracromática, lo que significa que tienen cuatro tipos de conos en la retina que son sensibles a diferentes longitudes de onda de luz. Esto permite a las aves ver colores en el espectro visible que pueden parecer apagados o incluso invisibles para los humanos.

Luz ultravioleta (UV):las aves pueden ver la luz ultravioleta, que no es visible para los humanos. Esta capacidad les ayuda a ver patrones, marcas y señales en plumas y otros objetos que pueden resultar invisibles para nosotros. La luz ultravioleta también ayuda a las aves a detectar frutas maduras e insectos que reflejan la luz ultravioleta.

Los humanos tenemos tres tipos de conos sensibles a la luz roja, verde y azul. Junto con el cerebro, estos conos nos ayudan a percibir una amplia gama de colores. Nuestra visión nos permite distinguir principalmente tonalidades que van del violeta al rojo, junto con colores intermedios como el naranja, el amarillo y el verde.

En comparación, algunas especies de aves han desarrollado la capacidad de ver la luz casi ultravioleta (UV-A), que los humanos no pueden detectar. Las aves que tienen esta capacidad se denominan aves sensibles a los rayos UV o tetrocromáticas.

El cono ultravioleta adicional en sus retinas permite a las aves sensibles a los rayos ultravioleta percibir matices de color adicionales, lo que hace que su espectro visual sea más amplio que el nuestro. Esta adaptación única les permite ver detalles, patrones y marcas en objetos reflectantes de rayos UV que son invisibles para los humanos.

Además, algunas especies de aves, como las palomas, tienen pigmentos cónicos sensibles a los campos magnéticos. Esta capacidad, junto con su visión UV-A, les ayuda a realizar una navegación precisa durante las migraciones de larga distancia.