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Las personas están haciendo muchas cosas para proteger las águilas calvas, ya que alguna vez fueron una especie en peligro de extinción. Algunas de las acciones tomadas para proteger las águilas calvas incluyen:
Ley de especies en peligro de extinción de 1973: Esta ley hizo ilegal matar, capturar o acosar a las águilas calvas. Fue un paso significativo para proteger a estas aves de la destrucción y persecución del hábitat.
Conservación y gestión del hábitat: Muchas organizaciones, como el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos y el Nature Conservancy, trabajan para proteger y conservar hábitats de águila calva, incluidos sus sitios de anidación y sus alrededores, creando áreas protegidas, restaurando ecosistemas y gestionar actividades humanas cerca de áreas de anidación de águila. .
Ley de Protección de Águila Bald y Golden (BGEPA): Esta ley federal se centra específicamente en proteger las águilas calvas y las águilas doradas. Promulgada en 1940, hace que sea ilegal tomar, poseer, vender, comprar o transportar cualquier águila calva, sus piezas, nidos o huevos, sin un permiso del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU.
Conciencia pública y educación: Aumentar la conciencia pública sobre la importancia de las águilas calvas y su conservación es esencial para su protección. Los programas educativos, los documentales de la naturaleza y los esfuerzos de divulgación ayudan a las personas a comprender las amenazas que enfrentan las águilas calvas y alentarlos a tomar medidas para protegerlos.
Programas de reintroducción: Las poblaciones de águila calva en ciertas regiones se agotaron severamente debido a la persecución pasada y la pérdida de hábitat. Los programas de reintroducción tienen como objetivo restaurar las poblaciones de águila calva en áreas donde han disminuido. Estos programas implican liberar águilas criadas o rehabilitadas cautivas en hábitats adecuados y monitorear su éxito.
Reducción de contaminantes ambientales: Ciertos pesticidas, como el DDT, pueden dañar las águilas calvas al causar el adelgazamiento de la cáscara de huevo y la falla reproductiva. La prohibición del DDT y el control de otros productos químicos nocivos han contribuido a la recuperación de poblaciones de águila calva.
Estos esfuerzos han sido fundamentales en la recuperación exitosa de la población de águila calva. Como resultado, la especie se eliminó de la lista federal de especies en peligro de extinción de EE. UU. En 2007, aunque las medidas de conservación y protección continúan asegurando su supervivencia a largo plazo.