¿Cómo se protege un protoceratops?

El protoceratops era un dinosaurio herbívoro que vivió en lo que hoy es Mongolia durante el período Cretácico tardío, hace unos 75 a 71 millones de años. Una de las características más distintivas del protoceratops era su gran volante óseo, que se extendía desde la parte posterior de la cabeza y el cuello.

Este adorno cumplía una serie de funciones, entre ellas:

Protección: El volante proporcionó al protoceratops cierto grado de protección contra los depredadores. Aunque el volante no era tan grande ni tan elaborado como el de otros dinosaurios ceratopsianos, como el triceratops, todavía podía usarse para desviar golpes de los depredadores o para proteger el cuello y la cabeza del protoceratops.

Pantalla: El volante también desempeñaba un papel en la exhibición, tanto con fines de cortejo como territoriales. El protoceratops podría ensanchar su volante para parecer más grande e intimidante, o para atraer a una pareja.

Detección: Además, algunos científicos creen que el volante pudo haber sido utilizado como órgano sensorial, ayudando al protoceratops a detectar cambios en su entorno, como el acercamiento de depredadores o posibles fuentes de alimento.

A pesar de la protección que ofrecían sus adornos y otras adaptaciones, el protoceratops todavía era presa de otros dinosaurios, incluidos el velociraptor y el tarbosaurus. Sin embargo, sus defensas le permitieron sobrevivir durante millones de años y convertirse en uno de los dinosaurios más comunes y exitosos del Cretácico tardío.