¿Quién fue el Dr. Harold Shipman?

Harold Frederick Shipman (14 de enero de 1946 - 13 de enero de 2004), también conocido como _Doctor Death_ o _The Grim Reaper_, fue un médico general inglés que fue declarado culpable de asesinar a 15 de sus pacientes entre 1975 y 1998. Se cree que pudo haber mató aún más pacientes durante sus 28 años de carrera, lo que potencialmente lo convertiría en uno de los asesinos en serie más prolíficos de la historia moderna.

Shipman nació en Nottingham, Inglaterra, y asistió a la Facultad de Medicina de la Universidad de Leeds. Comenzó a ejercer la medicina en 1970 y pronto se ganó la reputación de ser un médico atento y compasivo. Sin embargo, detrás de esta fachada, Shipman era en realidad un asesino frío y calculador que se aprovechaba de sus propios pacientes.

El modus operandi de Shipman era visitar a sus pacientes en sus hogares y administrarles dosis letales de diamorfina. Luego falsificaba sus firmas en las recetas para que pareciera que ellos mismos habían solicitado el medicamento. En muchos casos, Shipman también falsificaba sus registros médicos para que pareciera que padecían enfermedades terminales.

A pesar de que los pacientes de Shipman morían a un ritmo inusualmente alto, las autoridades tardaron muchos años en darse cuenta de sus crímenes. Esto se debió en parte al hecho de que Shipman era un médico muy respetado en la comunidad y muchas personas se mostraban reacias a creer que pudiera ser capaz de cometer actos tan atroces.

No fue hasta 1998, después de que un familiar preocupado de un paciente fallecido se pusiera en contacto con la policía, que finalmente comenzó la investigación sobre las actividades de Shipman. La investigación posterior reveló un patrón de muertes sospechosas y Shipman finalmente fue arrestado y acusado de asesinato.

En enero de 2000, Shipman fue declarado culpable de 15 asesinatos y condenado a cadena perpetua. Le quitaron su licencia médica y su nombre fue eliminado del registro médico.

En enero de 2004, Shipman se suicidó ahorcándose en su celda de prisión. Tenía 57 años.

El caso de Shipman es uno de los más impactantes e inquietantes de la historia criminal británica. Planteó serias dudas sobre la capacidad de la profesión médica para regularse y expuso la vulnerabilidad de las personas mayores y discapacitadas al abuso y la negligencia.