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Es importante entender que los humanos no evolucionaron * de * simios, sino que compartimos un antepasado común con simios. Aquí hay un desglose de la evidencia y por qué todavía existen primates:
Evidencia de ascendencia compartida:
* Evidencia fósil: Un rico registro fósil documenta la evolución de los primates, incluido el descubrimiento de especies de transición como * Australopithecus afarensis * (Lucy) que exhibe características tanto de simios como humanos. Estos fósiles muestran un linaje claro que conduce desde primates tempranos hasta humanos modernos.
* Análisis de ADN: La comparación de secuencias de ADN entre humanos y otros primates muestra una relación genética increíblemente cercana. Nuestro ADN es aproximadamente 98.7% idéntico a los chimpancés, nuestros parientes vivos más cercanos. Las diferencias en nuestro ADN se encuentran principalmente en genes reguladores, que controlan cómo y cuándo se expresan otros genes, lo que lleva a las dramáticas diferencias físicas y de comportamiento entre humanos y simios.
* similitudes anatómicas: Los humanos y los simios comparten numerosas características anatómicas, como la presencia de cinco dedos y dedos de los pies, una articulación flexible y un cerebro relativamente grande en comparación con otros mamíferos.
* Similitudes de desarrollo: El desarrollo embrionario de humanos y simios es notablemente similar, lo que sugiere una relación evolutiva cercana.
Por qué todavía existen primates:
* diferentes rutas evolutivas: Después de la divergencia de nuestro antepasado común, tanto el linaje humano como el linaje del mono continuaron evolucionando de forma independiente. Esto dio como resultado la diversificación de los simios en varias especies, cada una adaptada a entornos específicos y nichos ecológicos.
* Radiación adaptativa: Los primates se han sometido a radiación adaptativa, lo que significa que se han convertido en una amplia gama de especies con diversas características físicas y comportamientos. Esta diversidad les permite explotar una variedad de recursos y hábitats, contribuyendo a su continua supervivencia.
* nichos ecológicos: Diferentes especies de simios ocupan diferentes nichos ecológicos, reduciendo la competencia y promoviendo la coexistencia. Por ejemplo, los gorilas son principalmente herbívoros que se encuentran en las áreas boscosas, mientras que los chimpancés son omnívoros con una dieta y un rango más variados.
* Presión selectiva: Como todas las especies, los simios están sujetos a la selección natural, que favorece los rasgos que mejoran su supervivencia y reproducción. Esta presión de selección continua ayuda a mantener la diversidad y adaptabilidad de las especies APE.
En resumen:
La evidencia respalda abrumadoramente la idea de que los humanos y los simios comparten un antepasado común. La continua existencia de simios se debe a su exitosa adaptación a varios nichos ecológicos, sus diversos caminos evolutivos y el proceso continuo de selección natural.