Los animales pueden obtener hemofilia por varias razones. Aquí hay una descripción general:
1. Mutaciones genéticas:la hemofilia es típicamente un trastorno heredado, causado por mutaciones en genes específicos relacionados con la coagulación de la sangre. Estas mutaciones perjudican la producción o función de las proteínas de coagulación esenciales, como el factor VIII o el factor IX. En consecuencia, los animales con estas mutaciones genéticas tienen dificultades para formar coágulos de sangre, lo que resulta en un sangrado excesivo.
2. Rasgo heredado:la hemofilia a menudo se transmite de los padres a la descendencia a través de genes afectados. Si ambos padres llevan los genes mutados o uno de los padres se ve afectado y el otro es portador, existe un mayor riesgo de tener descendencia con la hemofilia. Esto es más frecuente en ciertas razas de animales debido a la concentración de estas variaciones genéticas dentro de los linajes específicos.
3. Crossbreing:en algunos casos, la hemofilia puede surgir en los animales como consecuencia de las diferentes especies o razas. Cuando se crían animales de poblaciones genéticamente diversas, pueden ocurrir nuevas combinaciones genéticas, lo que puede introducir mutaciones que causan hemofilia en el genoma de la descendencia.
4. Condiciones adquiridas:Raramente, la hemofilia se puede adquirir en lugar de heredar. Esto puede ocurrir debido a ciertas afecciones médicas, como trastornos autoinmunes o infecciones, que pueden dañar o agotar las proteínas de coagulación en el torrente sanguíneo, lo que lleva a síntomas similares a la hemofilia.
Vale la pena señalar que, si bien la hemofilia afecta una variedad de animales, las causas exactas pueden variar según las especies específicas, la raza o las circunstancias individuales.