Los tres factores principales que pueden hacer que la carne en un animal cosechado se eche a perder, lo que hace que sea seguro comer, son:
1) Temperatura: La carne es altamente perecedera y comienza a estropear rápidamente cuando se expone a temperaturas cálidas. Las bacterias que causan deterioro y enfermedades transmitidas por los alimentos prosperan en temperaturas entre 40 ° F y 140 ° F. Para evitar que la carne se estropee, es importante mantenerla refrigerada o congelada en todo momento, excepto durante la cocción.
2) Tiempo: Cuanto más se deja la carne a temperatura ambiente o en el refrigerador, más tiempo las bacterias tienen que crecer y multiplicarse, aumentando el riesgo de deterioro. Las carnes cocidas deben refrigerarse dentro de las dos horas posteriores a la cocción, y las carnes crudas deben cocinarse o congelarse dentro de los dos días posteriores a la compra.
3) humedad: La humedad proporciona un ambiente ideal para que las bacterias crezcan y se multipliquen. Para evitar que la carne se estropee, es importante mantenerla seca y libre de exceso de humedad. Esto se puede hacer envolviendo carne firmemente en una envoltura o papel de plástico antes de almacenarla en el refrigerador o congelador.