Los ciervos comen castañas y, a veces, las comen incluso después de que se haya roto la cáscara. Sin embargo, es más probable que coman castañas que todavía están en sus cáscaras, ya que las cáscaras brindan cierta protección contra las afiladas espinas del castaño. Además, es menos probable que los ciervos coman castañas que hayan sido abiertas por humanos, ya que pueden asociarlas con peligro.