Los rasgos adquiridos son características que se desarrollan durante la vida de un organismo debido a las influencias o experiencias ambientales, en lugar de transmitirse genéticamente. Aquí hay cinco ejemplos de rasgos adquiridos en animales:
1. masa muscular: Un animal que entrena y ejercicios constantemente desarrollará una mayor masa muscular. Este no es un cambio genético, sino una adaptación física a su entorno y actividad.
2. callos: La fricción repetida o la presión sobre la piel de un animal pueden conducir a la formación de callos. Estas áreas endurecidas de la piel son una adaptación protectora para evitar lesiones adicionales.
3. cicatrices: Las lesiones que dañan la piel pueden dejar cicatrices permanentes. Estos no son heredados, sino alteraciones físicas causadas por factores externos.
4. Habilidades lingüísticas: Los animales, particularmente los primates, pueden aprender y desarrollar habilidades lingüísticas a través de la interacción y el entrenamiento. Este es un comportamiento aprendido y no un rasgo genético.
5. Respuestas de miedo: Los animales pueden desarrollar fobias o temores específicos basados en experiencias negativas. Estas son respuestas aprendidas, no instintos innatos.
Es importante tener en cuenta que los rasgos adquiridos no se transmiten a la descendencia. Los cambios evolutivos son impulsados por rasgos heredados que están codificados en los genes de un animal. Los rasgos adquiridos a menudo son temporales y específicos para el individuo.