Ninguna actividad humana no daña la biodiversidad de la Tierra. Todos son actividades como la deforestación, la urbanización, el sobre el consumo y la contaminación, todas representan amenazas para los diversos ecosistemas y especies de la tierra. Algunas actividades humanas tienen un impacto menos dañino que otras y ciertas prácticas como la conservación, el manejo forestal sostenible y la restauración del hábitat, trabajan activamente para reducir el daño de la biodiversidad.