movilidad: Los animales son el único reino capaz de un movimiento autopropulsado. Esta movilidad les permite buscar activamente alimentos, compañeros y refugiar y evitar depredadores y otros peligros.
heterotrofia: Todos los animales son heterotróficos, lo que significa que deben consumir otros organismos para obtener energía y nutrientes. Esto los distingue de organismos autótróficos, como las plantas, que producen su propio alimento a través de la fotosíntesis.
Multicelularidad: Los animales son todos organismos multicelulares, lo que significa que sus cuerpos están compuestos por múltiples células que trabajan juntas para realizar diversas funciones. Esta complejidad permite la especialización de células y tejidos, lo que lleva a una mayor complejidad y diversidad.
Reproducción: La mayoría de los animales se reproducen sexualmente, involucrando la fusión de gametos (huevos y espermatozoides) para producir descendencia. Este modo de reproducción introduce variación genética y contribuye a la diversidad de especies animales.
Detección y respuesta al entorno: Los animales tienen órganos sensoriales especializados que les permiten detectar y responder a varios estímulos en su entorno. Esta habilidad les permite adaptarse a las condiciones cambiantes, navegar por su entorno e interactuar con otros organismos.
Organización: Los animales se organizan en varios niveles jerárquicos, desde células hasta tejidos, órganos y sistemas de órganos. Esta organización permite una coordinación eficiente de funciones corporales y especialización de tareas.
Diversidad evolutiva: Los animales exhiben una increíble diversidad de formas, comportamientos y adaptaciones. Esta diversidad es el resultado de millones de años de evolución y presiones ecológicas que han dado forma y refinado los linajes animales.