El ganado comerá su propio estiércol en determinadas circunstancias. Si bien no es su fuente de alimento preferida y no lo buscan activamente, hay ocasiones en las que el ganado puede ingerir su propio estiércol. Es importante recordar que el ganado vacuno es rumiante, lo que significa que tiene un sistema digestivo complejo con múltiples cámaras que le permite digerir materiales vegetales resistentes, como la hierba y el heno. El ganado regurgita y mastica su bolo (alimento regurgitado) varias veces antes de tragarlo nuevamente, lo que ayuda a descomponer el material vegetal y extraer nutrientes. Aunque el estiércol no suele formar parte de su dieta habitual, el ganado puede ingerirlo si carece de ciertos nutrientes o si el estiércol contiene algo que le resulta apetecible, como materia vegetal no digerida. En algunos casos, el ganado también puede comer su propio estiércol si está aburrido o estresado, como una forma de aseo personal o como una forma de ingerir bacterias beneficiosas que ayudan con la digestión. Vale la pena señalar que, si bien la ingestión ocasional de estiércol generalmente no es perjudicial para el ganado, el consumo excesivo puede provocar problemas de salud como problemas digestivos y desequilibrios de nutrientes. Por lo tanto, los agricultores y ganaderos suelen gestionar sus pastos y prácticas de alimentación para garantizar que el ganado tenga acceso a fuentes de alimentos adecuadas y apropiadas.