El rumen es un órgano grande en forma de saco en el sistema digestivo del ganado vacuno y otros animales rumiantes. Es el primer compartimento del estómago de los rumiantes y es responsable de la digestión inicial de los alimentos. El rumen contiene un ecosistema complejo de microorganismos, que incluyen bacterias, protozoos y hongos, que descomponen el material vegetal en moléculas más pequeñas y digeribles.
El rumen está revestido de papilas, que son pequeñas proyecciones en forma de dedos que aumentan la superficie del órgano y ayudan en la absorción de nutrientes. El rumen también contiene una gran cantidad de líquido, que ayuda a mezclar y transportar partículas de alimentos y microorganismos por todo el órgano.
Los microorganismos del rumen descomponen el material vegetal mediante un proceso llamado fermentación. Durante la fermentación, los microorganismos producen ácidos grasos volátiles (AGV), que son absorbidos por el animal y utilizados como fuente de energía. Los microorganismos también producen gas metano, que el animal libera al eructar.
El rumen es un órgano esencial para los animales rumiantes, ya que les permite digerir y utilizar la celulosa y otros carbohidratos complejos que se encuentran en el material vegetal. Esto permite a los rumiantes sobrevivir con una dieta compuesta principalmente de pastos y otros forrajes.