En cada etapa de una cadena alimentaria, se pierde energía al medio ambiente debido a la ineficiencia de la transferencia de energía. Algunas de las razones principales de esta pérdida de energía incluyen:
- Utilización de energía por los organismos: Los organismos utilizan energía para diversos procesos como el metabolismo, el crecimiento y la reproducción. Una cantidad importante de la energía obtenida del nivel trófico anterior se utiliza para estas actividades, lo que provoca una pérdida de energía.
- Respiración celular: La respiración celular, el proceso mediante el cual los organismos convierten la materia orgánica en energía, no es 100% eficiente. Parte de la energía se pierde en forma de calor durante este proceso.
- Consumo incompleto: No toda la biomasa de un organismo en un nivel trófico es consumida por organismos en el siguiente nivel trófico. Algunas partes, como huesos, pieles y celulosa vegetal, pueden permanecer sin consumirse o no ser digeridas.
- Descomposición y respiración: Los descomponedores, como las bacterias y los hongos, descomponen la materia orgánica muerta y liberan energía en forma de calor. Además, los microorganismos implicados en la descomposición consumen algo de energía durante sus propios procesos respiratorios.
- Limitaciones de transferencia de energía: La eficiencia de transferencia de energía entre niveles tróficos suele rondar el 10%. Esto significa que sólo el 10% de la energía disponible en un nivel se transmite al siguiente. El 90% restante se pierde en forma de calor y otras formas de energía inutilizable.
Estos factores combinados conducen a una reducción gradual de la energía disponible en cada nivel trófico de una cadena alimentaria. Cuanto más arriba en la cadena alimentaria se encuentra un organismo, menos energía dispone. Esto limita la longitud de las cadenas alimentarias y el número de niveles tróficos que un ecosistema puede soportar.