Aproximadamente el 46% del bioma de sabana original ha sido destruido en todo el mundo debido a las actividades humanas. La tala de sabanas para la agricultura, el pastoreo de ganado y la urbanización ha provocado una pérdida y fragmentación significativas del hábitat. Esto ha tenido graves impactos en la biodiversidad, ya que muchas especies de sabana dependen en gran medida de las condiciones ecológicas específicas de este bioma. Además, la conversión de sabanas a otros usos de la tierra ha contribuido al cambio climático al liberar carbono almacenado y alterar los patrones climáticos regionales.