Las Américas
La Revolución Neolítica, que comenzó alrededor del año 10.000 a. C., vio la transición de las sociedades humanas de la caza y la recolección a la agricultura y la vida sedentaria. Esta revolución se caracterizó por la domesticación de plantas y animales, el desarrollo de nuevas tecnologías agrícolas y el surgimiento de asentamientos permanentes.
Una de las características clave de la Revolución Neolítica fue la domesticación de animales grandes, como ganado vacuno, caballos y burros, que se utilizaban como bestias de carga. Estos animales se utilizaban para tirar de arados, transportar mercancías y proporcionar leche y carne. Sin embargo, no todas las partes del mundo tenían acceso a estos animales.
En América, por ejemplo, no había grandes animales domesticados nativos de la región. Esto significó que los pueblos indígenas de América tuvieron que depender del poder humano o de animales más pequeños, como los perros, para realizar tareas que habrían sido más fáciles con animales más grandes. Esto puede haber obstaculizado el desarrollo de la agricultura y la vida sedentaria en las Américas en comparación con otras partes del mundo.
Por el contrario, regiones como Eurasia y África tenían a su disposición una amplia variedad de grandes animales domesticados, lo que contribuyó a la rápida expansión de la agricultura y al surgimiento de civilizaciones complejas en estas regiones.