Los animales, incluidos los humanos, pueden beneficiarse de la presencia de almidón en sus dietas, ya que cumple diversos propósitos en sus cuerpos:
Fuente de energía:
- El almidón es un polisacárido que proporciona a los animales una importante fuente de energía. Cuando se consume, el almidón se descompone en glucosa, un azúcar simple que las células del cuerpo absorben y utilizan fácilmente. La glucosa proporciona energía para diversas funciones corporales, incluida la contracción muscular, la actividad cerebral y el mantenimiento de los tejidos.
Almacenamiento de glucógeno:
- Los animales pueden convertir el exceso de glucosa del almidón digerido en glucógeno, una forma de almacenamiento de glucosa que se encuentra principalmente en el hígado y los músculos esqueléticos. El glucógeno sirve como fuente de energía de reserva y se descompone en glucosa cuando el cuerpo requiere un suministro rápido de energía, como durante el esfuerzo físico.
Fibra y salud intestinal:
- Algunos almidones, especialmente los que se encuentran en los cereales integrales, actúan como fibra. La fibra dietética desempeña un papel crucial en la salud intestinal al promover deposiciones regulares, prevenir el estreñimiento y mantener un microbioma intestinal saludable. La fibra ayuda a agregar volumen a las heces, facilitando su paso a través del tracto digestivo.
Regular los niveles de azúcar en sangre:
- Ciertos tipos de almidón, conocidos como almidón resistente, pueden ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre. El almidón resistente no se digiere ni absorbe fácilmente en el intestino delgado, sino que llega al intestino grueso, donde actúa como prebiótico. Ayuda a alimentar las bacterias intestinales beneficiosas, que producen ácidos grasos de cadena corta (AGCC) que influyen positivamente en la sensibilidad a la insulina y el metabolismo de la glucosa.
Digestión y Absorción:
- Algunos animales tienen enzimas especializadas llamadas amilasas que les permiten descomponer el almidón en azúcares digeribles. Los animales como los humanos y otros omnívoros poseen amilasa en la saliva y las secreciones pancreáticas, lo que les permite digerir eficientemente los alimentos ricos en almidón.
Es importante tener en cuenta que, si bien el almidón puede proporcionar valor nutricional a los animales, los beneficios específicos pueden variar según las necesidades dietéticas y las adaptaciones fisiológicas del animal. Algunos animales, como ciertos carnívoros, pueden tener una capacidad limitada para digerir y utilizar almidón debido a sus especializaciones dietéticas.