Las especies adaptables tienden a tener mejores resultados que las menos adaptables porque pueden adaptarse y prosperar en entornos cambiantes. Estas son algunas de las ventajas que tienen las especies adaptables sobre las menos adaptables:
* Capacidad de explotar nuevos recursos: Las especies adaptables pueden aprovechar los nuevos recursos que están disponibles, como nuevas fuentes de alimentos o hábitats. Esto les permite ampliar su área de distribución y aumentar el tamaño de su población.
* Resiliencia a los cambios ambientales: Las especies adaptables son más capaces de resistir los cambios ambientales, como el cambio climático o la destrucción del hábitat. Esto se debe a que pueden cambiar su comportamiento o fisiología para hacer frente a las nuevas condiciones.
* Capacidad para aprender e innovar: Las especies adaptables a menudo pueden aprender cosas nuevas y desarrollar nuevas estrategias para sobrevivir. Esto les permite superar desafíos y mantenerse un paso por delante de sus competidores.
* Aumento de la diversidad genética: Las especies adaptables suelen tener más diversidad genética que las especies menos adaptables. Esto se debe a que tienen una gama más amplia de genes a los que recurrir cuando se adaptan a nuevos entornos.
* Capacidad de convivir con otras especies: Las especies adaptables a menudo pueden coexistir con otras especies, incluso con aquellas que no están estrechamente relacionadas. Esto les permite formar relaciones simbióticas y beneficiarse de la cooperación.
En resumen, las especies adaptables tienen más probabilidades de sobrevivir y prosperar en entornos cambiantes porque son capaces de ajustar su comportamiento, fisiología y genética para enfrentar los desafíos que enfrentan.